ARQUITECTURA MODERNA Y CONTEMPORANIA
El concepto de arquitectura moderna o arquitectura contemporánea entendida como algo estilístico y no cronológico, se caracterizó por la simplificación de las formas, la ausencia de ornamento y la renuncia consciente a la composición académica clásica, que fue sustituida por una estética con referencias a la distintas tendencias del denominado arte moderno (cubismo, expresionismo, neoplasticismo, futurismo, etc.).
Es ahí en donde entran en juegos todas las bases y teorías de nuestra actual arquitectura, que se vive en su mayor parte en los países más desarrollados. Pero estos avances no solo se deben a estos aspectos también se determinan sobre todo, en el uso de los nuevos materiales como el acero y el hormigón armado, así como la aplicación de las tecnologías asociadas, el hecho determinante que cambió para siempre la manera de proyectar y construir los edificios o los espacios para la vida y la actividad humana.
Recopilando en la historia a partir del siglo XX se fueron produciendo tanto nuevos desarrollos del movimiento moderno en sus múltiples posibilidades, como alternativas críticas para la arquitectura. Es ahí que en las últimas décadas del siglo se produjo incluso un radical cuestionamiento del concepto mismo de la modernidad a través de su deconstrucción, y que en arquitectura fue interpretado a través de los movimientos denominados de constructivismo y arquitectura postmoderna, que no son ni mucho menos las únicas posibilidades expresivas de un periodo, que llega hasta el siglo XXI, caracterizado por la abundancia y variedad de obras, estilos y creadores.
CAMBIOS EN LA NUEVA TRADICION
Durante el tiempo se han dado cambios radicales en la exposición de la arquitectura en donde dentro de la modernidad existen, como mínimo, dos tradiciones distintas de relación entre arquitectura y paisaje: la del paisajismo, la ciudad-jardín de Howard y las primeras «siedlugen» alemanas
Integradas en el paisaje, y la que momentáneamente se impuso y triunfó, representada por el racionalismo, la «nueva objetividad» y el mismo Le Corbusier en sus primeros planes urbanísticos. Esta tradición dominante se basaba en la omnipresencia de la arquitectura y en el poco respeto por las condiciones ecológicas.
La Carta de Atenas sería la máxima expresión de esta corriente racionalista y tecnocrática que ha servido de base para el del capitalismo y para los tejidos residenciales sin atributos del que se denominó «socialismo real». De hecho, la reciente recuperación de la idea de lugar forma parte de la crítica. A la manera cómo se ha realizado la ciudad contemporánea.
Y la revalorización de la idea de lugar estaría estrechamente relacionada con el inicio de la recuperación de la historia y la memoria, unos valores que el espacio del estilo internacional rechazaba.
Tal como ya se ha señalado, a finales de los años treinta, principios de los cuarenta, se van evidenciando profundas transformaciones en la arquitectura moderna. Es en 1943 cuando Gedeón, Ser y Leger publicaban los «Nueve puntos sobre monumentalidad». Y una obra singular como la casa de Curcio Malaparte en Puerto Massollo, Capri, proyectada por Adalberto Libera (1938-1940), es síntoma de la evolución de la arquitectura. Se trata de una obra radicalmente moderna y autónoma que al mismo tiempo reinterpreta.
La condición irrepetible del lugar. Una casa que es a la vez mirador, teatro, nave y altar. Una obra que evoca el rito yellugar del sacrificio, que con su escalinata de forma casi triangular rememora la vecina Capilla de l'Annunziata; que exhibe primitivismo y que, otra vez, refleja el precedente mundo griego, situándose como un templo o un «tholos». La casa permite contemplar desde su terraza el cielo y el mar, vivir en contacto con el infinito. La casa de Curcio Malaparte desvela una relación ideal con el universo que décadas más tarde recrearán las obras escultóricas de Eduardo Chillida, como el Peine de los Vientos en San Sebastián o el Elogio del Horizonte en Gijón.
En estas obras aflora la influencia del pensamiento clásico griego y del pensamiento contemporáneo de Martin Heidegger. Para fraseando a Heidegger podemos establecer que intervenciones como la de Malaparte en las rocas de Puerto Massollo o de Chillida en la costa de San Sebastián convierten un «sitio» indeterminado en un «lugar» irrepetible y singular. Se han convertido en paisajes que deben su imagen característica a la arquitectura y a la escultura. También encuentran eco los razonamientos de Merleau-Ponty, cuando al tratar de la experiencia corporal del hombre en el espacio la fundamental.
Dentro de este movimiento existieron personas que dieron auge ha esta transformación de la arquitectura. Durante los años XX las figuras más importantes de la arquitectura moderna ya tenían gran reputación. Los más reconocidos fueron Le Corbusier en Francia, Mies van der Rohe y Walter Gropius, estos últimos fueron directores de la Bauhaus en Alemania. La Bauhaus fue una de las más importantes escuelas europeas, y su mayor preocupación era la experimentación con las nuevas tecnologías industriales.
La carrera del arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright se desarrolló de forma paralela a la de los 'arquitectos modernos' europeos; sin embargo, Wright se negó a ser categorizado junto a ellos, desarrollando por su parte tanto la teoría como los preceptos formales de una arquitectura orgánica.
En 1932 se celebró la Exhibición Internacional de Arquitectura Moderna, cuyo comisario fue Philip Johnson; junto a su colaborador, el crítico Henry-Russell Hitchcock, Johnson logró aglutinar corrientes y tendencias muy diversas, mostrando que eran estilísticamente similares y compartían un propósito general, y las consolidó en lo que vino a llamarse el Estilo Internacional. Fue un hito importante.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las principales figuras de la Bauhaus se trasladaron a los Estados Unidos: a Chicago, a la escuela de diseño de Harvard y al Black Mountain College. Este Estilo Internacional se convirtió en la única solución estilística aceptable desde los años 1930 hasta los 60.
CONCLUSION
Hemos observado que la arquitectura al pasar de los tiempos poco a poco ha ido cambiando, creando medios y métodos de trabajo que vengan a beneficiar a este ámbito profesional, estamos claro que la arquitectura seguirá cambiando y que gracias a esos cambios observaremos al máximo su expresión general como la arquitectura que se estudia, no solo se expresa en un papel se concibe primero de una idea que poco a poco se proyecta y luego se hace realidad.
Al pasar de los tiempos pasaron arquitectos dejando su semilla en cada tiempo que ellos pudieron vivir dejaron grandes innovaciones y herencias que ahora irán cambiando más la arquitectura en nuestro entorno. El reto para cada uno de nosotros es poder dejar también la innovación en cada uno de los lugares en donde nosotros pongamos nuestras manos, es algo que beneficiara al futuro que está por venir y que nos dará el reconocimiento de lo que somos arquitectos con ideales de desarrollo.